
Delicia veraniega
¡Ah! Delicia veraniega que amenizas el imploro,
como ofrenda osó dejarte mi escarcela
llena de tibias auroras, yo que moro
el don de lo indecible, cuando la tarde grana como gacela
me arrebata el portento de tus valles majestuosos,
ahora me entero que no hay nada de infructuoso
que tus cabellos ansie, si la aroma que despliegan
al de las gardenias engalana.
¡Ah! Que el sol se ruboriza con tu belleza de orquidea
con tu palabra que danza en el tul blanco que nos ve desde arriba,
ilustre seas, cada cual revoloteas con tanta idea
de tal manera que nunca pudiera descubrir en tus alas una misiva.
Evocare nunca dudoso la veleidad que tu canto profesa
es una dulce promesa la que cintila experiencia,
solo evocare de mi tinta festiva la incandescencia
del suspiro soberano ¡Ah! Delicia veraniega, confiesa
que en tus labios se ha despertado el día.
Dedicado a mi amor María (Iriam). Te amo mucho
vida mía.Eres mi todo gran amor.
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