Mi bello amor

Mi bello amor

Mi dulce y gran novia

Mi dulce y gran novia

Mi novia mi niña bella.

Mi novia mi niña bella.

El amor de mi vida

El amor de mi vida

8 de diciembre de 2009

Solamente, tú


Solamente, tú




Amor, como tú, insinuación de regocijo mío, tilde

que socava al bosque adentrado en la moraleja del latido,

he procurado amarte más, tú tienes mirada sabia,

la he confabulado con la voz marítima de un puerto

que fue fundado en tus cuerdas vocales, ahí,

donde muy inocentemente se asoma

una palabra tuya, esa que segundos después

se aguarda en mis oídos a los cuales le brotas tú…




Tal como si fueras una orquídea, me acaricias

y contribuyes a que de mí pues se desborde

un río de características extrañas

pero que habrá en tus pestañas que parecen diamantes

difuminados.




Amor, que tu acerba existencia me provoca revolverme

en tu vientre, en esa tersura de manzana risueña,

mezclarme quiero en la alegoría de tu primaveral falda…

Labios los tuyos que con tal prosapia se hicieron sueño mío.




Me encontré en tu espalda, una hoja de agua,

que hacia piruetas como un pájaro envuelto por las llamas

del sol… Si a nacer volviera querría tenerte

en mis brazos otra vez, no tener otra espalda

no escuchar otra voz que no se pareciera a la tuya.




Dedicado al amor de mi vida (Iriam) que amo

con toda mi vida. Te amo mi cielo.

22 de octubre de 2009

Junto a ti


Junto a ti






Junto a ti, no hay ningún lugar parecido a otro,

todo se parece entre sí, incluso la ropa que usas

juega con tu ombligo enamorado

de esta noche que habla sola…






Cuando luce estrujada por el abecedario

de la luna de almíbar, que entiende que ahora

tu rostro se posara en el aullido

melódico de su luz cautivante.






Junto a ti amor, cada astro se siente golondrina

como un puente que emigra en el verano

pidiendo asilo en tus brazos dulces de hoja,

ahí donde dejo caer alguna de mis mejillas

que flaquean en tu piel boscosa…

Que sensación más hermosa, la que en mi se flagela.






Junto a ti María, puedo ver por detrás

de un suspiro, amarrar los océanos

para vestirlos de tu cuerpo, la voz de tus cabellos

son patria mía… Que entorno más vulnerable

cuando mi literatura te acerca más a mí.





Dedicado a María (Iriam) que amo con toda

mi vida. Eres mi todo amor.

Amor, esta lloviendo


Amor, esta lloviendo



Amor, esta lloviendo sobre una palabra, que es un sótano

de alegorías silentes, las tardes son avenidas,

son collares que envuelven de lentejuela a los cerros…

Por tu cuerpo puedo asesinar dóciles dunas,

depurar posibles saltos que la luna

cristalina de cansada.





Cuando gire mi abecedario romántico

como papalote dormido, dejaran de llover

nubes de nácar que se hacen espuma literaria,

esta trinando mi caricia blanca y dichosa

en tu piel castaña, en tus labios silvestres

pero majestuosos.





Amor, persiste la lluvia, parece una colmena la azotea,

le parecen salpicar mares cantando, revíveme

en tus brazos de gaviota radiante…

Que tú lo logras todo en mí, doncella que floreces

en el susurro de las olas de octubre.





Amor, en mi juicio claro, estoy mojado de ti,

de esa marea que deja su ancla en mi corazón de cóndor

que nunca había volado pero ahora lo hace fausto…

Lo haces latir como si fuera un niño inocente,

¡Yo lloro! Yo lloro de amarte, de que me ames,

de que nos amemos y nos seamos indispensables,

lloro de felicidad.





Dedicado a lo mejor de mi vida, a María (Iriam)

Te amo mi amor con toda mi alma.

2 de octubre de 2009

Una orquídea pernocta


Una orquídea pernocta



Una orquídea pernocta en el silbar preso

del néctar marino,

¿Hacia dónde te diriges viajera amada?

Si no es a las pestañas erizadas de los astros

que penden de mi sed,




también de tus cabellos cuelgan

lozanas sinfonías de celofán…

En un beso apuntalas la imperial ansia mía.




Las mariposas que salen de tus poros

son fontanas perennes, son odas que se resarcen

en el numen pleno y marítimo,




se amarra a mí tu cuello fino

donde el Himalaya se destaca

en tu muralla de terciopelo acariciable.




Una orquídea pernocta en mi maraña

de almohadas que son bosques de almendra,

nos amamos, nos amamos tanto

que son luciérnagas nuestros ósculos,

que son faroles los quetzales que gobiernan

el silencio del viento y la resonancia

de los días en el oído nocturno

del amor, del amor… Del amor.




Dedicado a María (Iriam) que por cuatro meses

me ha hecho dichoso, amor te agradezco estos meses

que puedo decir son los más hermosos de mi vida.

Te amo muchisímo, Eres el amor de mi vida.

Te amo María.

29 de septiembre de 2009

Hay sueños


Hay sueños





Hay sueños que son gargantas, gargantas que duermen

en lo ilógico, que no corren a diario por los prados

eroticos que hacen delicuencia en mi alma de nube

nítida y grana.




Hay soledades menos dignas que otras, camas

que son llamaradas, retinas moribundas que extrañan

ser ausencia… Se va de mi cara la tarde ocre,

y hay días en que llego a creer, que adopte principios

para estornudar dudas.





Me identifico a veces con los árboles, con las comas

que por costumbre no suelo colocar

porque olvido que debo hacerlo,

¡Ya tarde es! Para perseguir noches ancestrales

en veleta.





Me puedo hacer adicto a suspirar sin considerar

que el otoño ya ha llegado a besar mis ojos desde ayer,

es que hay sueños que pretenden revitalizar

mis origenes… Que origenes más plañideros

los que se amalgaman en el seno conflictivo

de una mirada.

18 de septiembre de 2009

El llanto ya no se forja


Imagen creada por Oskart

El llanto ya no se forja



El llanto ya no se forja ni en bostezos ni en almenas

que arenguen un tintero inconsolable,

gira en mi alma un huracán en llamas

que se cimbra en el hogaño frondoso

de lo espontáneo… Ya en mi comparsa

un fortín de orquídeas a tus plantas pusiera

y enmudeciera la ciudadela

por mi trinchera amorosa alma mía.





Un declive percibo al canto que profesan las alas

del ávido viento que se quiebra en el sauzal,

dijera un faisán que nació de la astilla

de un albedrío.





Tanto te quiero que en tu perfume

he de dejar mi risa que tanto te gusta… Colgada de ti.

Que haya parentesco entre mi razón y tu conciencia,

que no tenga rostro lo que luce etéreo,

pues espero mi dicha difundir

en lo que nombramos entendimiento…

Y aunque se cuele lo tácito, que nos acallen cirios

en la noche cerrada.





El llanto ya no se forja en el idilio compaginado,

en el mirar amedrentado de las nubes

que son ramilletes, solo puede forjarse

el hábito de acariciarte cada jueves…

Que te he clamado, aventurado te he clamado,

entusiasmado por abrazarte, he soñado que eres de mis manos,

que el viento finalmente te trajo conmigo.



Dedicado a María (Iriam) que siempre

dichoso me hace. Te amo preciosa mía.

8 de septiembre de 2009

Serénate


Serénate




Serénate, no disimules el asedio, que en tu lecho yacen

dalias, que la aurora luce azorada cuando la tarde lame arrullos

incandescentes, cuando el fuego que penetra en los pudores

nos sonsaca caricias afines, es que no discrepamos

en el tono de la censura… Cuanta semejanza la que nos cubre,

que no se nos ocurre dormitar en el cuello de las nubes.





Serénate, que en los musgos que fecundan insomnio

conveniré el nido que nos resguarde del frío,

que el verano parece desnudo, nos ha acogido el gemido

soberano de una hoja de marfil… Que se atavío de gala

y de euforia febril.





Serénate, tú que de azahares portentosa mi amada,

¡Ah! Tu trino viajero en mi oído se ha ensañado lisonjero,

es que eres colibrí perlado, mi ensueño anhelado,

el rubor anidado en la vega de tus labios…

Serénate, aquí donde se ha tornado la vid del suspiro.





Serénate, que me convierto en estanque, que te propongo

tantos instantes de lontananza, que no nos cohibimos

para hacerle frente a la luna, aunque difunda

cuanto nos amamos, aunque en la geografía de tu espalda

el océano se pose salvaguardado, amapola tranquila

de un torreón azafranado, te tienen mis brazos de ocaso.





Dedicado a María(Iriam) con todo mi amor.

Te amo con toda mi alma vida mía.

25 de agosto de 2009

Mi niña amada


Mi niña amada



Mi niña amada, en alud de luciérnagas te tornas.

Caen sobre mí tus manos que son corales de luz,

se pasman con relatividad dadivosa

y de mi se desprende el albergado suspiro

que conservo desde mis anales.





Luna albeante que mirar he podido

envisteme con tu voz canora,

que no hay hora en que no te piense

ni tarde en que no escuche, tu sonsonete de ola

que socava mi latido sin quebranto…





¡Cristalina mujer! Duerme en ese tu lecho

de arrecifes, de claveles, de ámbitos que afeitan

la mirada de alguna isla de madera,

de alguna estrella perdida en la conciencia

de un agosto, de ese agosto en que te soñé

enredada en mi literatura de antaño.





Mi niña amada, mariposa delgada que néctar

haciéndote estas en el regazo de mi oda estremecida,

auscultándote en mí, lucero grana y trémulo

que en alud de luciérnagas de tornas.









Dedicado a mi amor María (Iriam) para que siempre

sonría así como se sonríe tan hermosamente.

Te amo mi vida con toda mi alma.

Te amo mi niña amada.

22 de agosto de 2009

Cadenas


Cadenas




Es un átomo el amor con su singular espesura

a veces nos brinda amargura

cuando algún arco iris locuelo nos hace vertiginosos,

no precisamente esta tarde se parece a otra

e inusualmente ese amor que me das

me arrastra, me seduce, los labios me quiebra

en un santiamén… Todo obedece a que te amo

a que te persigo distraído y hasta sonámbulo.




Es el amor la prórroga, no la obscenidad cuantitativa

de un susurro muerto que se desgasta en la necesidad

de hacer obvias las caricias,

amada mía, no te faltara el desbocado frenesí

de mi ser lascivo… Mi boca ya no está desierta

y ya no es incierta la vida con su singular frialdad.




Es nuestro amor un universo, no es la cavidad

de lo cabido, no es incomodo el suspiro

cuando sale con la ambrosía de amar,

ni sale desapercibida la concesión

de condenarte a mis manos que son cadenas.




Huele tú mirada a lavanda e inusualmente

no te traje buganvilias de la luna

pero inusualmente ese amor que me das,

me arrastra, me seduce.

20 de agosto de 2009

Delicia veraniega


Delicia veraniega





¡Ah! Delicia veraniega que amenizas el imploro,

como ofrenda osó dejarte mi escarcela

llena de tibias auroras, yo que moro

el don de lo indecible, cuando la tarde grana como gacela

me arrebata el portento de tus valles majestuosos,

ahora me entero que no hay nada de infructuoso

que tus cabellos ansie, si la aroma que despliegan

al de las gardenias engalana.





¡Ah! Que el sol se ruboriza con tu belleza de orquidea

con tu palabra que danza en el tul blanco que nos ve desde arriba,

ilustre seas, cada cual revoloteas con tanta idea

de tal manera que nunca pudiera descubrir en tus alas una misiva.





Evocare nunca dudoso la veleidad que tu canto profesa

es una dulce promesa la que cintila experiencia,

solo evocare de mi tinta festiva la incandescencia

del suspiro soberano ¡Ah! Delicia veraniega, confiesa

que en tus labios se ha despertado el día.





Dedicado a mi amor María (Iriam). Te amo mucho

vida mía.Eres mi todo gran amor.

16 de agosto de 2009

Horizontes


Horizontes



Caracola de terciopelo, loto de cristal ceñido

al marmóreo que gesta con su parpadeo

un ilustre idilio, un hidalgo navio que acogiera

en su urbe la jactancia de una oda

que te hiciera yo con jade al interior mío alucinado

que es un exacerbado de amarte, de poseer

el bostezo que desdobla en la neblina.





¡Ah mi dulce Melina! Por esa barandilla

un corazón nos reclame una ceremonia

y que en parsimonia cortejemos a la luz y el oro.





Que hoy te sé en otra parte de mí, clavel dorado,

quizás en la bahía donde repican los mares,

quizás en el altar de las aves

o allá en la cándida nostalgia de sentirte tan lejana

en el paraíso dormido, allá donde te llamas Carmen

o María pero también te llamas ¡Mía!…





Caracola de terciopelo no tengo dulce agonía

me he convencido de saber que por más que te fueses

siempre me llevaras contigo, zafir que enverdece

en mis brazos que son horizontes.


Dedicado a mi amor, mi amor María (iriam)Te amo.

Almohada otoñal


Almohada otoñal




Despliegate, asomate delirio noble, abrumame

con florida opresión que en la cúspide cerúlea

el nido casto es piélago, es estío, es olivo perfumado

y ensueño escondido… Es adiós desterrado

y amor devengado, no hay beso herido

pero si plumaje ígneo del corazón.




Despliegate, asaltame como libélula gozoza,

como tarde nupcial con la luna distraida

que en sus entrañas emboza el elogio,

tú, que lúcida, amor soy de tu redil

que al resarcir la lejanía propia

nos concebimos justa cercanía

y redimimos la antagónica oscuridad.




Despliegate, desbordate ninfa venida

del que parecía suspiro postergado, desbordate

en el pudor errante que de ti mi alma esta llena…

Almohada otoñal, candor subliminal

que azota con entereza a mis labios fraguados

en tu fragancia que embelesa.





Dedicado a (iriam) María. Te amo tanto,

gran amor mío.

15 de julio de 2009

María


María



María, anídate, en ese el bohío de la luna fría

que es tu trono mi ofrenda, tunanta hermosa

de mi pasión, por el cendal del clamor

el corazón se acompasa al voraz ocaso erguido,

al mohín perseguido por la cordura de un beso,

que nos convenciera de reclamarnos

los cuerpos advenidos.





Canto de jilgueros, sublimes luceros arcanos

que admiran tu silueta desde el cielo,

ya que la boca gastamos con el roce somero

somos asiduos pioneros de un candil dormido,

de un ruiseñor furtivo.





María, la razón atestigua en donde la caricia florece,

¡Ah! Disturbio tan glorioso el afanado

el latido más compenetrado, el refugio más ofrecido…

Yo te amo entre rosales y caracolas, entre limbos

y gardenias, yo tanto te amo, María.





María, quédate en mis brazos que son lechos inocentes

en esta penumbra de romanticismo, dame de tu ser sereno

que es pleno el gozo de sentirte, de descubrirte los labios

tunanta hermosa de mi pasión.

30 de junio de 2009

Resignaciones y antifaces


Resignaciones y antifaces que se apiñan en los prados

de mi memoria vertiginosa, el laúd de mis ojos

se disfraza de cristales que hacen eco en mi alma arenosa

de playa y de duna

pero mi cuerpo matutino

se mutila en la desesperanza gigantesca y pagana

de tus brazos sedosos,

que de mis anales solitarios caduca el vocabulario

de la dulce tarde y el silencio me atrapa con sus garras

casi nocturnas rasgando mi crisálida conciencia.

Estalla mi barcarola sonámbula e insondable

en tu espalda color turquesa,

hubo momentos en que no pude ser

el siguiente capítulo de tu piel, entiendo

que no haya sido esa ensoñación

de tus labios a pesar de que me rompí

la cara amándote.

El antifaz que traigo puesto es el de la soledad

con su maldita amargura colgándose

de mi nariz de papel,

seré breve, no me respiro y no me he visto pasar

por la mirada de la luna.

Cien inviernos


Cien inviernos más, papel salado donde

se amarra un mirto, sabe que te sabe nido,

la llamarada de un vergel sosegado que hace días

no ve un sol contento, clonándose con el naranja

de un pintor descarado que tiene manos

fatigadas por el pincel cohibido,

no he hablado de ti todavía, pero hace falta

que te sepa equinoccio en mis pensares

casi caras de las azucenas azules…



Yo te sé halago que te doy cándido, bruma grácil

y almendra que mariposa se hizo para pasar a ser

crisol alado del soñador y risueño lirio.



Cien pálidos inviernos tiritando en el cantil,

aquel que un faisán con alas de nieve revoloteaba

de una orilla a otra con un timbre de ausencia,

se que te sabe idilio el plumaje de un poema…

Yo se que te se viento en calma y romántico.



Cien raudales inviernos al alelí que se posa

en tu corazón noble de miel,

un enrojecido gorrión que luce como el clarear

de los amaneceres de tu cuerpo ópalo, bello.



Cien más inviernos como el de hoy,

con párpados de brisa cálida…

Yo te abrazo, yo te abrazo el colibrí que tiene

como tú, un corazón de oro, oro mágico.Oro.

Es verano, María


Es verano, María, las gaviotas son pétalos

que en su vuelo pregonando van el acogedor consuelo.



El capullo tornasol ya en la posteridad

del suspiro amoroso nace, tus manos son de polen

cuando el ocaso yace con ponderación…

Yo con ostentación tu cuello hago mío,

pero es verano María hasta el los fanales líricos

de las hadas que son golondrinas.



Es verano María, me intriga que no sea invierno,

que el relieve de tus párpados haga gala

con el arco iris de mis versos evocadores,

es que mi poesía para ti; es un pavo real

de mil colores, que en su plumaje florecieran

las auroras boreales y tus labios fueran corales

por el beso de las olas vestidos.

28 de junio de 2009

Recién que te amo


Recién que te amo, recojo anémonas de los oteros,

tú, osada prominencia, del suelo concibes flores

que imperaran en el regocijo de un regazo sereno,

cuando el canto del pionero lucero sonrosara

a mi legítima emperatriz.



He simpatizado con tu áureo perfume marino,

¡Ah! En tu cándido esplendor irrumpo

eventualmente al idilio engendramos, amor,

recién que te amo, advierto que el corazón se me desfonda

del pecho y se asoma el matutino sueño

entre danzas reminiscentes de cascadas.



Recién que te amo amor, los labios ya no me pesan,

ahora con ansia soberana le he visto pasar

al viento enamorado, que tu grácil muñeca

de junio ya en mis brazos te confundes.



Recién que te amo María, recojo anémonas de los oteros,

e impetuoso, tu cariño clamo… Y me lo das, me lo das

majestuoso, recién que te amo.

Tú brisa


Tu brisa, cresta trovadora que al dulce gladíolo,

una melodía con timbal y con lira

la danza de una bahía de perlas

al corazón taciturno refrendara,

se difunde en la marisma la elegancia

del rubor rendido… Aquí, me allano,

en tu subyugada mirada, boca y manos.


Tu opulenta caricia que el viento me trajera

soberana, es el redentor beso de tus labios

con atuendo de sombra azul,

el olor de la noche enamorada eres…

Cuando los candores que me devoran

y te devoran nos hacen pistilo.


Tú brisa, en aras de mis brazos cintila

el canto viril que despunta de la pureza,

¡Oh amor tan mío! Con incesante razón

entusiasmada, nos mora el amor infinito

y la veleta del sol regocijado.

16 de junio de 2009

Cama de nardos




Cama de nardos, sábanas albinas quizás nórdicas

que se regodean en tus muslos con apariencia de trigo,

tus senos son margaritas,vuelan esporas de oro

en la bahía de tus caderas de seda, ahí quiere acallar

el pumón tibio del poetal arrancado de su memoria.


Cama de nardos donde tu ombligo es un farol

que se cohíbe de mis ansias blasonas,

se estremecen los vaivenes, hay veranos en que ignoro

que te quiero, en que en mi afán de subyugar tus cabellos

el arañado el sol y he tripulado avante, al silencio.


Cama de nardos, sábanas albinas quizás de leche

al furor afligido enredadas en el cauce de tus piernas

garbosas, de tus piernas que son como claveles radiantes,

¡Ah! De ti hablo, a ti te persiguen mis labios como flechas.

Tulipanes violetas


Tulipanes violetas, los envuelve la estela
de un arco iris que se posa en tus manos
blancas, más blancas que el blanco
brillante de la luna...

Pero recibe amor, mi ramillete
de estrellas moradas al candor del cometa
que nace de tu cuerpo,
en la cama blanda de los días sosiegos,
y cuélgate el sol de tus cabellos
( el de la pasada primavera)
despierta serena,amada, mía,
del día, de la noche...

En el sombrero escotado
que un pintor romántico te pintó
de amarillo.

Tulipanes violetas,
pero a ti te cuelga
la anatomía de un resplandor,
donde a una flor le fulgurece un suspiro
más blanco que el blanco brillante
de la luna...

Tulipanes violetas para ti,
dame tus manos, que huelen a arco iris,
te abrazaré fuerte, te besare los labios,
te diré, te diré ¡Te amo!

El pintor era una caricia
que te bañó de luz la espalda diurna
abrazada a mis latidos...
Sirena nupcial de ensueño.

Escrito de hace mas de un año
que escribi a Bianca a una gran persona
que quiero mucho.

30 de abril de 2009

Esta noche

Esta noche se satina con la que volvió a mi versos
panal y anís,porque tú, leal a tu suburbio de formalizar
el retozar de un anhelo, que tu piel es gallardo suspiro
que al corazón que en mi palpita alegre abraza,
como las brasas que arden erguidas en este marzo sombrío.

Con el sigilo torcido de mi titilante estrofa
te amarre al beso de la madrugada, a la pubertad
de mi lecho vestido de tu alma esta noche...
Donde tus labios son primaverales,
mira como juegan con el viento, sirena nacarada
de mis brazos y de mi puño y de mi firmamento
lisonjero de amor.

Esta noche que preceda tu vientre de trigo en mí,
sé en mi vida, la corola, la corona que fulgurece
a mitad del azul manto, hoguera de mis pupilas tú...
Didácticamente, literalmente y con la misma entereza
de octubre,te amo,te amo,
esta noche y aquella...Te amo, amor.

25 de marzo de 2009

Es que volabas


Es que volabas


Es que volabas como ópalo sol desesperado
en mi bostezo que alguna vez te tuvo,
esquivaste pues tan garbosa, la algarabía
que hubiera en mi lecho propenso
a ser derrocado, es que equivocada
labraste mezquina tu fortuita ruina.

Es que de bruces te fuiste, lábaro de la tarde
con osadía en contra de mi esencia lasa,
es que en el bucle de tu desdeñar
a mi sueño le hiciste trenzas, el viento tu cuerpo
se llevo a un rincón escondido,
donde mis manos fúnebres ya no te alcanzan…
No te alcanzan.

Todo se ha vuelto tan extraño, mi memoria
es una charca donde tu existencia cambio de voz,
le salieron alas a tu presencia divina y marchitada…
Es que volabas, es que volabas para saberte ausente
y entre sombras perderte, gaviota, gaviota.

Es que volabas, enjambre de faros
hacia la cantimplora de la luna sedienta y sin brillo,
yo a través de ti, voy forjando mi silencio crespo,
la hambruna de mis ojos…Y es que volabas
como grito sin esencia, llevándote mi razón,
toda mi razón de amar.

13 de marzo de 2009

La primera noche


La primera de muchas noches más
arrestada por mi mente escarchosa,
donde poder cogerte la mano, me hace sutil
amante encadenado a pensarte…
Tan cercano a ser total contigo
en la mordaza de secuestrarnos la identidad,
no somos final, fecha y ni súbita memoria.
Ya mi propuesta de que te amplíes en mí
ha quedado como escarbada en mi pensamiento.
Recién puedes ser mía, abarco ocho horas
a ti destinadas.
Primera noche en la que se me atraviesan
mil sueños con luminiscencia de páginas
entregadas a un cuerpo,
un cuerpo que adopta, de mi boca aquel rayo
inocente que se comunica al estival
de tu corazón latiendo en el mío…
Tu cuerpo, tu cuerpo.

La primera de otras noches,
Te di libertad condicional en mi cama nueva.
La lunada que se posa en tus dos espejos,
ya la pasamos juntos…
No nos pesa ni un suspiro por los ojos
amartelados y exclusivos.

La primera noche, la primera que te pienso amor…
Y ya se acerca una segunda,
más de ti, más y más,
la primera pensándote, la primera.

12 de marzo de 2009

Tu cuerpo es un viaje




Tu vestido es; devoción de niebla y suspiro
de hoja, me gusta cuando te haces mi guarida
y te sonrojas como las almendras, como las farolas
veraniegas… Con dulce voz de ocaso.

Tu vestido es un pájaro erguido de mármol,
a veces es una estrella triste tiritando de frío
en mis ojos de escribano,
y esa hilaza de la sutil flor que antes fuera beleño
de mi alma, ahora es paz enamorada
de tu potestad.

Tu vestido es un eventual oleaje ameno,
con frenesí segador, este albor pregona.

Tu cuerpo es un viaje, es una mirilla de terciopelo
y esta en afinidad con el cielo azur…
Me gusta que te gusten los astros
y te gusta que en un muelle la sonrisa
del dulce atardecer te espere amorosa.

Tu vestido se adelgaza en el atlas
de mi silencio involuntario.




Para Karol querida.

10 de marzo de 2009

Subsistencia


Subsistencia, que te hago literatura aunque se arremolinen
las retamas en tus labios secos y jaspeados,
es que los cubrió la avidez quebrándose
en el halo de mi flagelo torcido,
que una tarde con su glamour hialino
me habló, me dijo, me salvaguardó
con su austeridad púdica.

Esta tarde gorjean los corales tornasoles
en la connotación de tus deidades, donde mora
el herido jirón arado por el verbo romántico que brota
desde mí doblegada subsistencia…
Bahía de nácar, ya alguna vez fuiste de mis manos
que te rozaban tus labios de nieve.

Subsisto, busco la alegría en los anaqueles,
debajo de la mesa o en el rezago del invierno.

Evidentemente me abrazo al llanto, a la hiel inmerecida,
al roble y al páramo… En este el auge erguido
de volverte otra vez mía, vuelve con plenitud,
ligera, si quieres escondida pero mírate
en mi mirada taciturna, en el festín de mis suspiros.

Esta tarde, en este lugar donde estoy,
me he prometido llenarte de trémulas caricias…
Sin conformarme con que las horas se hagan añejas
en mi subsistencia, mujer de agua.

9 de marzo de 2009

Cisnes en la almohada


Los glaciares de tu cabello,
descienden como cascadas heladas por tus mejillas.

Envuelta de brisa tu voz,
escucho tu frío
y a los cisnes bailando en la almohada,
la mirada se me posterga,
tu rostro en mi pensamiento se apresa…

En tu celda helada moriré de frío,
por que he de enamorarme de tus distanciadas manos.

Se me empaño en la prisión de tu ser
la timidez pospuesta para ahora,
decidí cubrir los renglones de hielo,
mojarme de ti apenas la hora se presentara.

Los cisnes bailan en tus pupilas,
se mezclan con el concierto de tus ríos.

Parecían de gotas encendidos
y bañadas de glaciar sus pestañas en tu frío imperial.

Presencie las gotas de tu derretir en el suelo,
resbalaban por el sur de tu melancolía desierta
y le platicaba a la inesperada noche;
el misterio de los cisnes bailando en la almohada.

Temblaban por tus glaciares,
yo los acariciaba en mí dormir
pero dormían contigo en tus altares deleitantes.

Dama helada de cuerpo de candados,
de celdas en tu rostro, de maquilladas cascadas,
de palabras ahorcadas por tu frío,
por tu voz de brisa y por los cisnes en la almohada.

5 de marzo de 2009

Ufana cascada


Ufana cascada


Ufana cascada, tu pubis de almíbar sonrosado
por el jaspe medieval de la tarde que tiembla
en su condena de caer, de esconderse detrás
de las montañas ensoñadoras, que se repliegan
en invierno para parecer marfiles… Caes como tesoro
a mis ojos que te empuñan, pájaro de oro gigante,
te vuelves el sol lisonjero como idilio mío.

Se tuercen los abandonos quiméricos, hace mucho
que te existo, que me existes, que tu eres de ámbar,
que yo despierto cuando te asomas por la ventana de hierro…

Que con el sol te confundo, rubia fantasía de Troya,
mi suspiro de jade, mi cueva apasionante.

Tú, racimo benevolente de estrellas,
mi ser ya enciendes, ritual libidinoso de lujurias.

Ufano collar de mi alma eres, revuelo de bocas
buscándose con el corazón abierto por el delirio,
tú, mí desnudado lirio errante, mi libro perdido
al final del librero, mi razón y mi monotonía más paralela.

Intervalo delgado etéreo, llegas como necesidad,
con tu moral que me asalta con sus manos fervientes…
y ferviente el rebozar ensalzado, de tu cintura
constelada, amor, amor.

3 de marzo de 2009

Cuando el sueño


Cuando el sueño


Cuando el sueño se peina delinque
deja miradas en tus poros abiertos como los veranos
que se te han caído en el bolso
que te cuelgas al hombro.

Estas ahí, de terciopelo atisbando la noche invisible
pero que fausta la circunstancia
de que tú me quites las cicatrices de mis párpados,
es que veía las estrellas
posando para el recuerdo sutil de tus manos
gráciles.

Cuando el sueño se peina delinque
se queda el farol de tu piel en insomnio,
y eres más grande que el sol, que se embarca
no sé adonde.

Estas ahí, donde el sueño a silencio sabe
es que puedo ver dentro de tu bolso
una caricia, un abrazo y un universo coloidal
casi sin agonía…

Y una isla perdida entre tus cejas de otoño.
Cuando el sueño se peina delinque
me deja abrazarte y verte,
me deja implorarte…

Y aquí estoy echando a tu bolso
palabras lisonjeras que parezcan versos
y sueños.

28 de febrero de 2009

Ya le has dado la vuelta al mundo corazón


Ya le has dado la vuelta al mundo corazón,
que acallas en esa piedra núbil el despecho.

Cupido es una célula, que en caballo blanco
echa alegorías fanales como si fuera cazador
del viento y del beso, de los vitrales marinos y bandoleros
descifrar a la flecha lanzada con tiranía…

Con toda mi hambre, tu controversial silabario
que no tiene herencias, ni Querubines ni narcisos.

¡Ah! El amor, un paraje salino como nauta
que en pos de ser romántico, escarba en el cielo
su estrofa amorosa y desteñida…

Pero Cupido no me conoce,
y soy archipiélago y cóndor surcando párpados
blasones, son de antaño los corazones
y sus latidos, son riberas que zumban
en el apogeo de aquellos días y de estos.

Esta asunción monarca es pescadora,
es el corazón que a veces se detiene cuando llega febrero,
montado en una nube desnuda que se esconde
en mi alma espumosa, pero los grandes labios del día
se sacuden en mi barcarola arrugada.

Es que en las venas de un arco, la sangre es flecha
que choca con mi sombra enamorada
y con mi pupila resarcida por el sueño de amar…

Cupido florido, mi corazón ya le ha dado la vuelta al mundo
hasta se ha ido a los poros ciegos de la caricia.

Quiero un tren que a tus pies hermosos me lleve,
y a ras del suspiro… Soñar que no he soñado.

27 de febrero de 2009

La celestina


La celestina


La trigueña celestina como campánula sonora,
almidonada la amorosa de su alma que a veces se hace mía
y del aire juglaresco que dobla a aquel álamo blanquecino
que juega con el espíritu menudo de tu piel silenciosa,
y yo me envuelvo entre el páramo y la gala de tu cuerpo,
muchas veces soy pergamino, te persigo como se persiguen
los semblantes de los sigilosos, mis brazos se estiran
como el cuello de las iglesias hasta tu llama viva,
esa mi dulce y enamorada celestina…
Tu de lo sutil adoradora, mujer nenúfar, ¡Mucho te amo!...
¡Ah mi celestina! Todas mis caricias de ámbar tuyas son.

Entonces ara, duquesa de la aurora,
eres dueña de mi bandada de ósculos cristalinos, eres de lino,
y todos los días de mi vida, entiendo que soy troyano
que arde en tus portentosos latidos,
ya tu legado amor, es una marejada colosal,
ahí donde vuela la ave cítara de color turquesa… Ahí el corazón
parece gladiador, ahí el corazón y ahí el amor del poeta
que le escribe a su divina, a esa piadosa estrella de porcelana
con cutis de luna y boca de plata, que hermosa mi catrina.
Geisha de la hojarasca y del amanecer púrpura.

Entonces palideces a tu encuentro con la corona,
brisa eres y me atrapas en tu memoria
como el arco a su flecha y el arquero a su presa…
Y eres vendaval absoluto de la noche, y te vas
a tu almohada inmensa y duermes como espiga soberana,
celestina trigueña, celestina amada.

26 de febrero de 2009

La bruma de ti


Sucede, que me incides, que eres madreperla
y que tus labios estallan
como en el limbo los tersos volcanes,
que son manzanas y mirlos…
Tus cejas se visten de cascada,
estas silenciosa y desnuda como el ático
que nació de mis manos mojadas.

Una caricia es; la ráfaga de un suspiro
sin amarra, que vuela hasta ti como poseído,
hasta ese panal donde se vierten
los prados, que son como fósforos,
ahí enardece la cintura bonancible
de los narcisos lívidos.

Sucede, que ahora que vuelvo a escribirte,
de mis manos eres incendio prodigo,
que tus mejillas son corales
y que como si fueran humo, aletean
encima de mi nariz.

Sucede también, que tus piernas son marítimas,
como enjambre de medusas
y bandada de cenzontles coloquiales…
Son el verano que zumba en mis letanías.

La bruma de ti, maraña rozando los recuerdos
lozanos y los crisoles divinos,la careta de mis versos
son diluvio que erosionan tu ombligo de alba.

Dedicado a Margarita, siempre en mis recuerdos.

Talones de lino


Talones de lino al ademán fugaz de una falda
ansiosa que recoge el color del universo,
en las trenzas de un sábado descalzo e invidente,
que oscila tenue en lo gitano…

Es una cesta que trae el aire para reunir
manzanas con risa de trigo
y apariencia de pies rozagantes
con listones oceánicos, tan silentes,
tan silentes en la costura de una flor,
en la silueta de un ciprés mimado
por el sol en época veraniega.

Sandalias de plata, en maletas consteladas
por un ramillete de luceros,
que se van al cielo todas las noches…

Y tú tan colgada de tu sueño,
en un viaje supongo yo…
Al nido de los cuerpos celestes.

Tú que tienes mejillas talladas
por el artesano de la luna.
Talones anónimos, entrañables
e ibéricos, talones de lino…

Manos sutiles viajeras, como voladas,
como transeúntes olas por las huellas
suaves del infinito.

Talones de lino, mejillas talladas
por el artesano de la luna…
¡Ah!... Mujer un candor subliminal,
candor de candores veraniegos.
¡Ah!... Tú.

24 de febrero de 2009

Julieta


Julieta


Julieta, ¡Ah! ¡Julieta! Tu los cantaros que loan,
que se apilan en la dulce arpa del cielo epilogo,
eres de mi gris cuerpo, tú, Julieta, eres la veleta
la insensata amapola que a mis venas les sangras,
dulce, fresca, como los claveles de la tarde lozana…
En que te pienso, a ti, pulpa de mi alma solemne.

Julieta, los amarantos son crisoles, son náufragos
son riachuelos latiendo en tus pupilas férvidas,
son estivales y son anémonas forcejeando
con el viento y es el invierno que cambia de dirección…
Me gustas, porque emerges de mi última ausencia.

Julieta, allá están delgadas las estrellas
y las monotonías, tienes la espalda llena de gloria.

Los suspiros son cipreses, son un mosaico de silencios
que se hacen flechas y en tu mundo se encajan.

Julieta mía, ¡Ah! Julieta, aquí te espero,
con mis brazos para recoger el lucero que se te cayo
de tus pechos dormidos en la menguante luna…
Tu, mujer diáfana, de este alud…
El amor grande que te doy.

Te traigo jacintos


Te traigo jacintos

Amor, amatista, te traigo jacintos a ti, fina comunión
con el florido atuendo albino
de la mágica luna, concebiste pues la venia
del suspiro diáfano e inmenso
que se quedara para siempre atrapado en mí,
como una carta das cabida a que se escriba
una caricia en tu mejilla…
Donde he de recoger el arrullo alegre.

Quédate quieta Natalia, que tienes una mariposa
en tu cabello de avena, que luces avasalladoramente
como el amanecer con su azafranado color…
Exacerbar esa parte ficticia con el murmullo
del sol efebo, que tu auge de espiga huye
como engreído a mis brazos pintores.

Te traigo jacintos de allá de las colinas
donde hay parvadas melosas de bizantinas hadas,
y esos pilares de flores son majestades
que tu corona de reina al campo verde ya piden,
que eres sutil amatista y yo te traigo jacintos.

Quédate en los labios que se cimbran enamorados,
que la noche emigra con su mirada infinita
como un bajel que despunta del muelle
que apacienta a mi alma, así tú,
dulce travesía, duerme en el beso satinado,
y en el aguijón del viento que fulgurece…
He de recoger el arrullo alegre, de tu piel.

20 de febrero de 2009

Sin ti




Sin ti, que albergaras con palmares
al clavel sereno en las sienes
del destino, que te posaras a veces
en lo denotativo de la luna fina.

¡Ah! Eres tu, toda mi tristeza,
la tarde ya no me acoge
con sus brazos reminiscentes
¿Cuando se te acabo el amor,
Y te fuiste de frente
con tu artero orgullo de bronce?
E hiciste añicos al que parecía un cándido porvenir.

Sin ti, fontana que se dispuso a ser blasona lágrima
del alud de mis ojos, imprudencia tuya
que me hiciera llagas, que me volviese hoja bermeja.

Sin ti, que me albergaras
en ese vaivén presuntuoso del dulce sarcasmo, sin ti,
¡Sin ti! Porque con la entereza
de hacer tu amor perdedizo… Te alejaste con el estival.

9 de febrero de 2009

Una isla donde no haya ningún silencio


Escribiré tanto escribiré mucho ¿cuanto será tanto?
que tanto que te amo y no hay palabras para decírtelo
si yo hablara desde la lengua no me creerías lo que te digo
que el corazón tiene razón
te hablo con sus propios latidos
te hablo encendido de pasión
que mi retina no es como la retina de todos
a ti te ve azul y roja de todos los colores te ve
hay que hacer una pausa...
Y respirar agua caliente y preparar los brazos para tu espalda
y esperarte hasta que vuelvas con tu mirada
de gaviota con tu mirada de pradera y romántica
yo no he discutido con mis ojos
cuando no te ven pero si quiero abrazarte
y es que es diferente cuando las estrellas
son pasatiempo y tus mejillas son para comerlas
estoy pensando en que te haré el poema más largo de todos
que hable del mar, de las sirenas,
de los escondites del sol cuando aparece la luna,
de lo que te extraño, de lo que te pido,
de lo que soy a tu lado y nunca dejare de ser
ya he hablado mucho y tengo el pecho como palmera fresca
las sombras son las mismas sombras desde que te conozco
pero ya es hora de no dormir y escaparnos
a una isla donde no haya ningún silencio
ya se que me haces existir en tu alma
siempre me respiro igual a las mismas cosas
y las cosas tienen cuello de tortuga
y caparazón que piensa en las mariposas
cuando seamos silencio hay que hacer fiesta
porque eso no se da todos los años
claro amor, no me tomes a mal callar
cuando callo y hablar cuando debo
yo te hablo como los camaleones
y callo como los cipreses
¿A donde se va mi cultura del cortejo?
¿A donde se van mis manos cuando tengo tu cuerpo a modo?
Después de todo francamente son las preguntas
que más me atrapan y nunca sabré
cual es la respuesta correcta, si se me cayo la mirada de seco
donde no hay manera de recogerla y mas sin embargo
se que tu la ves posando en un frasco sin tapadera.

7 de febrero de 2009

Fines


Hay sábados a los que les atañe;
que los espantapájaros puedan ser el dormir
desentonado de los muchos ruidos del mundo,
y yo más negro, que las pocas gargantas de la noche
que se beben en popote las mechas de un entorno
cualquiera... no sé si el mío, no sé si el mío.

Hay sábados que no soy ni estribillo,
y me quedan las orejas repletas de quejas torcidas.
Hay sábados, muchos sábados donde nadie
me arresta, ni siquiera para robar...
algo de mí.

Pero hay hadas con nombre, de pocas letras,
que tienen el corazón más grande que los milagros,
hay sábados que pueden estallar... ahora,
y domingos que me atañen, por la esperanza
que queda en la jaula de la luna.

Pero hay hadas con nombre, de pocas letras,
que tienen el corazón más grande...
que los milagros.

Itamar


Itamar, el néctar de las orquídeas
de cuarzo, jugo que se baña en el océano
de tus labios de mar,
y observa el acuario medieval de la noche
¡canta coplas! a la catedral indumentada
de marfil.

Itamar, se posa el lirio en tus mejillas
de mayo, el índigo de la aurora
se refleja en tu cuerpo de flor,
y los semáforos de la medianoche
no impiden la llegada del amanecer.

Itamar, ¡qué amanezca pronto!
pero que mis días y mis noches
se parezcan a ti,
que tus petálos boreales permanezcan
al sol, amarillos, profundamente amarillos,
y yo del polen de tus manos saque la miel...
guardándola en mí.

Itamar, el néctar de las orquídeas,
el néctar del mar perdido en la brújula
de tu ser,
y en las costas artesanas de tu silueta;
la arena te mojó...
y yo me mojé contigo,
el faro nos iluminó, porque nos volvíamos noche.

La hereje del viento


Eres la hereje del viento, la dulce
semblanza de un ocaso que tiene labios de lluvia.
Cazadora de la memoria de un relámpago,
que espera una señal para ser esclavo del tarot
de tu cuerpo que se oye en mis manos,
y hay amnesia que sale de los árboles…

Unos risueños muslos que susurran
en la pubertad de las calles,
hay unos ojos que te ruegan un abrazo,
mientras la luna hechicera se cae
en tu patio.

Yo me bebo la magia de tu cuerpo
que se deja ir a mi alma, una esencia
que siempre canta en el hueco erótico de las horas,
me deja ser suspiro que se clava en su boca sublime,
sublime su piel de fiesta en el asilo místico
de hacerme inmortal con sus ósculos tersos,
somos dos noches que dialogan del amor…

Encaja tus piernas en las mías,
hay mil luces condenadas a apagarse en tu espalda.

Tú eres la hereje del viento,
la estrella que tiene lengua de mariposa,
y la doncella que se roba
el abecedario de mis pupilas…

En un lento aire que me mata, que me envuelve,
que ya me hace parte del ritual de su lecho
como todas las madrugadas gitanas de hace días.

6 de febrero de 2009

Tu cuerpo es un viaje


Tu vestido es; devoción de niebla y suspiro
de hoja, me gusta cuando te haces mi guarida
y te sonrojas como las almendras, como las farolas
veraniegas… Con dulce voz de ocaso.

Tu vestido es un pájaro erguido de mármol,
a veces es una estrella triste tiritando de frío
en mis ojos de escribano,
y esa hilaza de la sutil flor que antes fuera beleño
de mi alma, ahora es paz enamorada
de tu potestad.

Tu vestido es un eventual oleaje ameno,
con frenesí segador, este albor pregona.

Tu cuerpo es un viaje, es una mirilla de terciopelo
y esta en afinidad con el cielo azur…
Me gusta que te gusten los astros
y te gusta que en un muelle la sonrisa
del dulce atardecer te espere amorosa.

Tu vestido se adelgaza en el atlas
de mi silencio involuntario.


5 de febrero de 2009

Demonios vacíos


El talón cándido de las palabras tuyas
como ventisca que araña mis oídos de arena,
que con tu lengua perlada
haz de perforar el corazón mío.

Eres una cereza enredándose
en el vientre de una playa ignota,
entonces manjar que lisonja
a la noche ilusionada
en el lecho de estrellas,
que son luciérnagas dormidas
como conciencias floridas temblando
de amor con paladar exquisito,
llenas de cuerpos.

Eres un continente incluso de corales
que jilgueros de cristal, que vergeles serenos,
con sonrisa de fuego y figura de mar.
Desde la ventana de un pájaro te veo
que me abre sus alas como se abren los claveles
al sol candente.

Piel de cereza tienes, dulce mujer errante
como palabras tuyas y como las mías.
Ninfa bañada por el suelo vicario
observa a los demonios vacíos
hacerse, hacerse agua.

4 de febrero de 2009

Serpentina de ámbar que cae en espiral


Serpentina de ámbar que cae en espiral
tu pétalo enardecido como trovadora que se mira
en el trinar de su fragancia, es que anémona
aterciopelada eres que te estiras
como el día gitano y yerto hasta los ojos de la luna llena,
te vistes de sempiterna, nunca se acaba
tu cuerpo dormido en mi alma…

Eres así, esa alba dividida en horizontes y relieves.
La esfinge que rima con cristalina, la gema primaveral
que suspira en la estrella más lejana del cielo,
que su vientre está a punto de dar a luz
mil sueños.

¡Ah, tú, mágica! Cuando te vistes de sirena y de mar.
¡Ah! Tú sacudes tu cuerpo desnudo
en mis venas calladas, acallas en la piel del silencio
que descobija su pecho sutil y dulce.
La nectarina de tus labios es hostia serena
que vuela como gaviota pintoresca
y como ladina pupila de flor.

Blanca y azulada eres, como el mar, como las nubes…
La más marina musa, que vive en el aura de los arrecifes
y en las alas ignotas de la lujuria,
esa mujer paladina que elogio en mi rondel.
Serpentina de ámbar que cae en espiral
bañándome de su satín opalino,
¡Ah! Tus muslos de lino y de lirio,
de oro fino labrada.

Tus senos son besos que respiran el alfabeto
de mi almohada de marfil, sensual y misteriosa veleta
que viaja transparente a mis brazos amorosos
y al pensamiento astral y eterno, eterno.

Tu fogata de memorias es fumarola de lechos
donde dormían los iceberg y los iglúes,
esta realidad es un karma, es un relámpago lozano
que estalla en tu cintura de cerámica,
tú eres un capullo que se abre
como las plumas del quetzal tricolor…

Mujer mía, tu atemporal y coloquial figura
es la alborada de seda, es catedral y es pergamino,
es un bostezo del corazón.

He decidido llenarte de la faz de los pájaros,
enraizar tu lengua y mi lengua, tejernos mariposas
en el estómago y sacarlas a que vuelen como cometas,
que coincidan mis ansias con tu cuello bordado
de rosas amarillas y rojas.

Las nubes vuelan como sonámbulas,
como semblanzas que galopan siderales, como rumores
místicos hasta mi añoranza. Debes sentirte
fulgor trémulo y candor indefinible.

Te he hallado metida en mi palma con sueño,
aplaudiéndole a los grillos espesos
que emigran de un cuerpo a otro
como buscando pretéritos sordos,
futuros blandos y églogas vespertinas.
Serpentina de ámbar que cae en espiral,
el color de la desinencia en esta residencia
de musgos que nacen de tus manos de leche…

Caricias, caricias, te doy caricias,
ahora que he decidido llenarte de la faz
de los pájaros y acentuar las sonrisas
de tus perfumados tobillos,
llevan tilde tus pies, tus pies llevan tilde
porque son almibarados.

Inminentemente mi tinta afable
es un atardecer beato que a veces
sabe agridulce, pero he asumido
que en la biodiversidad del romance
te he escrito por más de siete horas,
en este recuento de optimismo…

Tú eres concienzuda ciudad de hojarascas,
de otoños tocando a la ventana,
a lo largo de mi vida nunca he amado
como te amo a ti
pero tú eres concienzuda y hermosa
estío e invierno irreversible…
Y te amo, te amo tanto.

Estoy aunando mi conciencia con tu timidez
y estoy dejando atrás los recuerdos vanos,
me estoy encarando con tu abrazo fausto
yo que en antaño no era profundo
pero me has hecho arduo y sinónimo
de tu piel morena.

Serpentina de ámbar que cae en espiral,
mañana alcanzaré la aurora, la colocaré en un retrato
que colgaré en la pared colosal del universo,
y tú eres mi universo de aloé…

Mañana te regocijaré en estos, mis brazos,
mañana quizás te abrazaré muy tímidamente
y te meterás en mis hombros que tanto te extrañan
y le arrancaremos a los ojos muchas miradas.
He decidido llenarte de la faz
de los ensueños, de alelíes y de besos.
Mañana, mañana.

Están nevando primaveras


En tus ojos de cuarzo están nevando primaveras.
Tu mirada es de trigo, de un polen que con su verdear
hace que tiriten los mares…
Y he rozado con mi vuelo tus venas
que parecen dalias,
mis pupilas se hacen cascadas, te recorren,
te recorren pues, todas mis ansias en sigilo.
Para tus ojos soy hidalgo
y soy un verso de trementina
que se hace fogata en tus dulces brazos,
esta noche es como el suspiro
de tu cintura vestida de solera
como sutil pradera cálida, que me atrapa
con su connotación fervorosa.
De tus ojos gallardos nacen claveles
son un ramillete de estrellas fugaces.
Tu mirar, es un mirar que se ciñe
a mi enjambre de caricias que son llamaradas,
que vuelan, que vuelan y se cimbran
en tu cuerpo y en tus ojos de cuarzo
donde están nevando primaveras.

23 de enero de 2009

Eres




Eres, la que en aras haces hincar
la voz de la colina,
no te han dicho, que eres eslabón y navío,
que te sacudes el corpiño,
allá donde zumban los carrizos.

Tú, de las gemas eres, haces saltar
al suspiro que me forjas veleidoso,
eres mi ambrosía ígnea,
mi ibis que vuela hasta el pabellón
amoroso de mí mirada fanal.

Tú, del tul, de ese que visten
las estrellas cintilantes, las de linaje somero
como el Anubis férvido que se imanta
en tus senos risueños,
muy llenos, muy llenos de amor.

Tú ¡Oh razón de ser ondina!
Eres la mocedad de mi alma,
eres el diáfano puerto donde la luna
se hace trenzas de oro.

Eres, la que en aras haces hincar
la voz de la colina,
e interactúas con mis caricias
de porcelana, matinal corola
de ojos áureos.

22 de enero de 2009

Me viene esta herida




Débil árbol, al rubor del olvido en mi época de fango,
ya mártir es mi memoria de ti, cuándo hoy
que estoy y que soy lejano, no beso el nácar
oceánico de tus pestañas, no acaricio lo onírico
de mi tristeza repentina…

Ya no estás conmigo, ya no eres
de mis brazos infinita, sin embargo yo soy un ayer
vulnerable y tu una ausencia inefable.

Débil árbol como luces desierto, ya no tienes nidos refulgentes
en tus entrañas, ni palabras ni ocasos en tus quimeras
pero que sabio fue que me dejaras torcido
con tinieblas en lugar de ojeras debajo de mis ojos,
quizás, lo bueno que ya no nos une nada
y no opte por estár alegre porque tú me volviste así…
Vacío, sin cuerpo y sin calma.

Me viene esta herida callada que me cubre
de tardes ciegas y mudas.