
Cien inviernos más, papel salado donde
se amarra un mirto, sabe que te sabe nido,
la llamarada de un vergel sosegado que hace días
no ve un sol contento, clonándose con el naranja
de un pintor descarado que tiene manos
fatigadas por el pincel cohibido,
no he hablado de ti todavía, pero hace falta
que te sepa equinoccio en mis pensares
casi caras de las azucenas azules…
Yo te sé halago que te doy cándido, bruma grácil
y almendra que mariposa se hizo para pasar a ser
crisol alado del soñador y risueño lirio.
Cien pálidos inviernos tiritando en el cantil,
aquel que un faisán con alas de nieve revoloteaba
de una orilla a otra con un timbre de ausencia,
se que te sabe idilio el plumaje de un poema…
Yo se que te se viento en calma y romántico.
Cien raudales inviernos al alelí que se posa
en tu corazón noble de miel,
un enrojecido gorrión que luce como el clarear
de los amaneceres de tu cuerpo ópalo, bello.
Cien más inviernos como el de hoy,
con párpados de brisa cálida…
Yo te abrazo, yo te abrazo el colibrí que tiene
como tú, un corazón de oro, oro mágico.Oro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario