
Es verano, María, las gaviotas son pétalos
que en su vuelo pregonando van el acogedor consuelo.
El capullo tornasol ya en la posteridad
del suspiro amoroso nace, tus manos son de polen
cuando el ocaso yace con ponderación…
Yo con ostentación tu cuello hago mío,
pero es verano María hasta el los fanales líricos
de las hadas que son golondrinas.
Es verano María, me intriga que no sea invierno,
que el relieve de tus párpados haga gala
con el arco iris de mis versos evocadores,
es que mi poesía para ti; es un pavo real
de mil colores, que en su plumaje florecieran
las auroras boreales y tus labios fueran corales
por el beso de las olas vestidos.
Qué bella manera de amar, Francisco, respiras ternura, madurez, entrega y dejas una sensación agradable en el aire, sanamente envidiable. Me encanta ver gente enamorada, me gusta como escribes poeta.
ResponderEliminarUn abrazo.