Mi bello amor

Mi bello amor

Mi dulce y gran novia

Mi dulce y gran novia

Mi novia mi niña bella.

Mi novia mi niña bella.

El amor de mi vida

El amor de mi vida

27 de febrero de 2009

La celestina


La celestina


La trigueña celestina como campánula sonora,
almidonada la amorosa de su alma que a veces se hace mía
y del aire juglaresco que dobla a aquel álamo blanquecino
que juega con el espíritu menudo de tu piel silenciosa,
y yo me envuelvo entre el páramo y la gala de tu cuerpo,
muchas veces soy pergamino, te persigo como se persiguen
los semblantes de los sigilosos, mis brazos se estiran
como el cuello de las iglesias hasta tu llama viva,
esa mi dulce y enamorada celestina…
Tu de lo sutil adoradora, mujer nenúfar, ¡Mucho te amo!...
¡Ah mi celestina! Todas mis caricias de ámbar tuyas son.

Entonces ara, duquesa de la aurora,
eres dueña de mi bandada de ósculos cristalinos, eres de lino,
y todos los días de mi vida, entiendo que soy troyano
que arde en tus portentosos latidos,
ya tu legado amor, es una marejada colosal,
ahí donde vuela la ave cítara de color turquesa… Ahí el corazón
parece gladiador, ahí el corazón y ahí el amor del poeta
que le escribe a su divina, a esa piadosa estrella de porcelana
con cutis de luna y boca de plata, que hermosa mi catrina.
Geisha de la hojarasca y del amanecer púrpura.

Entonces palideces a tu encuentro con la corona,
brisa eres y me atrapas en tu memoria
como el arco a su flecha y el arquero a su presa…
Y eres vendaval absoluto de la noche, y te vas
a tu almohada inmensa y duermes como espiga soberana,
celestina trigueña, celestina amada.

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