Mi bello amor

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Mi dulce y gran novia

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Mi novia mi niña bella.

Mi novia mi niña bella.

El amor de mi vida

El amor de mi vida

4 de febrero de 2009

Serpentina de ámbar que cae en espiral


Serpentina de ámbar que cae en espiral
tu pétalo enardecido como trovadora que se mira
en el trinar de su fragancia, es que anémona
aterciopelada eres que te estiras
como el día gitano y yerto hasta los ojos de la luna llena,
te vistes de sempiterna, nunca se acaba
tu cuerpo dormido en mi alma…

Eres así, esa alba dividida en horizontes y relieves.
La esfinge que rima con cristalina, la gema primaveral
que suspira en la estrella más lejana del cielo,
que su vientre está a punto de dar a luz
mil sueños.

¡Ah, tú, mágica! Cuando te vistes de sirena y de mar.
¡Ah! Tú sacudes tu cuerpo desnudo
en mis venas calladas, acallas en la piel del silencio
que descobija su pecho sutil y dulce.
La nectarina de tus labios es hostia serena
que vuela como gaviota pintoresca
y como ladina pupila de flor.

Blanca y azulada eres, como el mar, como las nubes…
La más marina musa, que vive en el aura de los arrecifes
y en las alas ignotas de la lujuria,
esa mujer paladina que elogio en mi rondel.
Serpentina de ámbar que cae en espiral
bañándome de su satín opalino,
¡Ah! Tus muslos de lino y de lirio,
de oro fino labrada.

Tus senos son besos que respiran el alfabeto
de mi almohada de marfil, sensual y misteriosa veleta
que viaja transparente a mis brazos amorosos
y al pensamiento astral y eterno, eterno.

Tu fogata de memorias es fumarola de lechos
donde dormían los iceberg y los iglúes,
esta realidad es un karma, es un relámpago lozano
que estalla en tu cintura de cerámica,
tú eres un capullo que se abre
como las plumas del quetzal tricolor…

Mujer mía, tu atemporal y coloquial figura
es la alborada de seda, es catedral y es pergamino,
es un bostezo del corazón.

He decidido llenarte de la faz de los pájaros,
enraizar tu lengua y mi lengua, tejernos mariposas
en el estómago y sacarlas a que vuelen como cometas,
que coincidan mis ansias con tu cuello bordado
de rosas amarillas y rojas.

Las nubes vuelan como sonámbulas,
como semblanzas que galopan siderales, como rumores
místicos hasta mi añoranza. Debes sentirte
fulgor trémulo y candor indefinible.

Te he hallado metida en mi palma con sueño,
aplaudiéndole a los grillos espesos
que emigran de un cuerpo a otro
como buscando pretéritos sordos,
futuros blandos y églogas vespertinas.
Serpentina de ámbar que cae en espiral,
el color de la desinencia en esta residencia
de musgos que nacen de tus manos de leche…

Caricias, caricias, te doy caricias,
ahora que he decidido llenarte de la faz
de los pájaros y acentuar las sonrisas
de tus perfumados tobillos,
llevan tilde tus pies, tus pies llevan tilde
porque son almibarados.

Inminentemente mi tinta afable
es un atardecer beato que a veces
sabe agridulce, pero he asumido
que en la biodiversidad del romance
te he escrito por más de siete horas,
en este recuento de optimismo…

Tú eres concienzuda ciudad de hojarascas,
de otoños tocando a la ventana,
a lo largo de mi vida nunca he amado
como te amo a ti
pero tú eres concienzuda y hermosa
estío e invierno irreversible…
Y te amo, te amo tanto.

Estoy aunando mi conciencia con tu timidez
y estoy dejando atrás los recuerdos vanos,
me estoy encarando con tu abrazo fausto
yo que en antaño no era profundo
pero me has hecho arduo y sinónimo
de tu piel morena.

Serpentina de ámbar que cae en espiral,
mañana alcanzaré la aurora, la colocaré en un retrato
que colgaré en la pared colosal del universo,
y tú eres mi universo de aloé…

Mañana te regocijaré en estos, mis brazos,
mañana quizás te abrazaré muy tímidamente
y te meterás en mis hombros que tanto te extrañan
y le arrancaremos a los ojos muchas miradas.
He decidido llenarte de la faz
de los ensueños, de alelíes y de besos.
Mañana, mañana.

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